Llega el otoño y dejo uno de mis trabajos
Hoy empieza la estación del otoño en Australia, aunque aquí sigue haciendo el mismo calor que hace dos meses. No creo que Brisbane sea una ciudad a la cual los arboles se tiñan de rojo, pero aun así tengo ganas de ver como va cambiando el tiempo, ya que no estaría mal que bajaran las temperaturas un poco. En el post de hoy, tan solo os quiero poner un poco al día de como van nuestras vidas, y contaros una mala experiencia que he tenido, creo que la peor desde que llegué al país.
Empecemos por las buenas noticias: ¡Fran ha encontrado otro trabajo! Sigue siendo jardinero, pero trabaja todos los días y algún que otro sábado. Cobra lo mismo por hora, pero gana más dinero que en el trabajo anterior ya que antes trabajaba dos o tres veces por semana. Él está muy contento, y le gusta bastante su trabajo, siempre le ha gustado la naturaleza y tiene pasión por las plantas, así que imaginaros lo feliz que es cuidando de ellas. Además, su jefe de ahora es de Nueva Zelanda por lo que va a practicar mucho el inglés durante todo el día.
Y yo, también tengo trabajo nuevo. Ahora además de trabajar en la papelería, estoy también como limpiadora en un hotel enfrente de mi casa. Mi compañera de casa trabaja ahí, y ha conseguido enchufarme. Es un trabajo duro, pero está muy bien pagado, por lo que compensa muchísimo. Ahora trabajo unas 35 horas a la semana entre los dos curros, pero a pesar de que me encanta el de la papelería, estoy intentando cambiarlo por otro, ya que me pagan muy poco.
Y bueno, aquí viene la historia que os decía al principio sobre la peor experiencia que he tenido en Australia.
Me he pasado las últimas semanas buscando trabajo de forma online para como os digo, dejar mi primer trabajo: y encontré una oferta como fundriser en el centro comercial al lado de mi casa. El trabajo consiste básicamente en pedir limosna para ONG’s como La Cruz roja o Greenpeace, y quedarte una comisión de lo que recaudes; es un trabajo muy popular entre viajeros en Australia y del que me habían hablado muy bien, así que decidí probarlo.
Hice una entrevista y me cogieron. Trabajé unos días con ellos, y a pesar de que gané más pasta de la que jamás hubiera imaginado, lo dejé. Si. Quizás sea por ser tan joven y tan inocente, pero nunca imaginé que pudiera haber un trabajo tan indecente. Tiene una dinámica muy divertida, porque conoces mucha gente, los compañeros son muy guays, haces el tonto y te lo pasas bien… Pero cuando comencé a darme cuenta de como funciona todo el sistema por detrás, me pareció una forma de timar a la gente (empezando por que los jefes te hacen decir que eres voluntario). Me he dado cuenta que no quiero ser cómplice de este negocio rastrero y manipulador, mientras que los jefazos se forran a costa de la compasión de buenas personas. Al fin y al cabo termina siendo lo de siempre: roban a los pobres para dárselo a los ricos.
Así que no quiero saber nada más de ONG’s en mi vida, ya he visto bastante con esta experiencia.
Así que sigo con mis trabajos de dependienta y limpiadora y en busca de un tercero 🙂
Nos vemos muy pronto en el paraíso.
N.