Encontrando la felicidad en Australia
Siempre le he dado vueltas al concepto de felicidad: cuál era su significado o al menos su valor para mi. ¿Qué es lo que me hace feliz? ¿Es un algo? ¿Un todo? ¿O quizás es un alguien? Hace poco, descubrí a lo que esta palabra da nombre en mi vida.
He descubierto que la felicidad solo se alcanza cuando te das cuenta de que nada tiene importancia, que su esencia tan solo reside en esos pequeños instantes, en esos detalles que hacen de tu día a día algo especial. He aprendido que la vida pasa y no es mas que eso, un reloj que da vueltas sin parar: segundos que se pierden para siempre, minutos que no vuelven. Cada uno es dueño de hacer con su tiempo lo que quiera: puede disfrutarlo, tirarlo, derrocharlo, o dejarlo pasar. Pero somos felices cuando lo utilizamos. Hay millones de formas de hacerlo; cada uno lo hace a su manera. Pero la clave en esto no es él cómo, sino en el cuánto: ¿Acaso disfrutamos suficiente de lo que nos hace felices?
Aquí en Australia hay una forma de vida muy diferente a la del país del que yo vengo: ‘trabajar para vivir, no vivir para trabajar’. Esto es un lema que todo el mundo debería grabar en lo más profundo de su piel: es algo que obligatoriamente se debe poner en practica si lo que se quiere es vivir.
Para mi la felicidad es una forma de vida: ser feliz no significa no poder estar triste, enfadado o desanimado, todos tenemos días malos; significa que a pesar de las cosas malas, de las dificultades, todo tiene un lado bueno. Hasta de lo peor se puede sacar un lado positivo, y lo digo desde la experiencia.
Felicidad es, tras un día de calor infernal, sentarte en el porche de tú casa y mojarte los pies bajo la lluvia. Es escuchar una canción que te trae buenos recuerdos o recordar lo mucho que quieres a alguien. Felicidad es ser perseguida con tú mejor amiga por una gaviota enfurecida y reír hasta que te duela todo. Es llorar porque echas de menos lo que está a 18.000 kilómetros de distancia, porque si lloras es porque los quieres, y querer es lo más bonito de este mundo. Ser feliz es tostar mashmellows en una vela y dormir bajo un cielo estrellado, perdida en una playa de dios sabe dónde. Es saber de donde vengo, pero no a donde voy. Pero sobretodo, la felicidad es tener a alguien a tú lado con quien compartirlo todo: es besar, abrazar, tocar, sentir, soñar, luchar; y vivir. Es darte cuenta que estás muy, pero que muy lejos de los que quieres y del lugar en el que te has criado, y aun así, disfrutar cada segundo; aprender, descubrir, compartir…
Y si, soy feliz. Soy feliz porque la vida me está brindando la oportunidad más alucinante de mi vida, con la que muchos sueñan; y yo la voy a aprovechar al máximo. Aprovecharla, pero a tú lado. La felicidad solo existe si es contigo.
¡Nos vemos muy pronto en el paraíso!
